Las esculturas gigantes de Fernando Botero se adueñan de Berlín y la oposición conservadora protesta. Casi docena y media de gigantescas esculturas de este autor se recortan ya sobre el cielo de Berlín en lo que es, seguramente, la más atrevida intervención que se hace en la capital de Alemania desde la caída del Tercer Reich. Botero ha dicho públicamente que espera que alguna de sus obras "se quede en Berlín", aunque no se estaba refiriendo a una donación por su parte. Odaliscas de bronce ante la catedral, un caballo de cuatro metros ante la Puerta de Brandenburgo... Los representantes de la oposición parlamentaria han criticado con dureza la "ocupación arbitraria del espacio público," al igual que la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, que denuncia el "bloqueo" de la entrada al Altes Museum. Ajenos a la polémica, los niños juegan y se hacen fotos encima de las gordas de bronce.
(Fuente: arteselección)
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