Salida corta...

Gallery Nights es una razón de una salida porteña para encontrar colegas con quienes intercambiar ideas y opiniones, y tal encuentro puede darse por Suipacha desde Arenales hasta Arroyo y a lo largo de ésta. Raro será encontrarse con una copa del champán promocionado, sin embargo se puede sobrellevar la caminata. Ocurre que estos recorridos se han expandido; tal vez demasiado. Con la suma de anticuarios, artesanos, turismanía + tutti quanti, cualquier vidriera está abierta al público y, coincidiendo con estas fechas, hay algunas muestras donde se nota el mero interés de alquiler de sala, y no lo que unos cuantos dedicados a las artes visuales, buscamos. Así, el último viernes de julio me dediqué a una vuelta corta sin bajar al "circuito". Me aseguré una visita a AG donde había lo tradicional de esta sala: pinturas de motivos gauchescos y paisajismo de muy buena factura; también recorrí la muestra póstuma de Grinbaum en Rubbers; y la de varios refinados finados en la Colección Alvear de Zurbarán. Tan solo tres galerías... ¿Para qué más? Dado que mi modo de apreciar las obras de los colegas es el de escrudiñar cada trabajo colgado, lo que agota y el cansancio me alcanza rápido. Ya que estaba a un paso aproveché para cruzarme al Palacio Duhau del Hyatt, donde de paso visité la galería de autores vivos en Maman, charlando con la gentil Mónica a cargo de la sala, apreciando dos trabajos hiperrealistas de O'Connor y algunas esculturas bajas de Dompé (uno de mis favoritos). Luego subí al Oak por un par de copas de champán que me quitaran el frío; hallé allí a Guillermo Roux, sentado cercano al hogar flameante, con quien intercambié tres segundos de charla. Me entretuve después en la observación del cromatismo desarrollado por el barman a cada copa, componiendo delicadas combinaciones de colores con el agregado de formatos luminosos. Sin ánimo de ir por más del arte costumbrista, una hora más tarde miré hacia ambos lados de la calle Alvear; Buenos Aires iniciaba su noche; hacía bastante frío... me ajusté la bufanda al cuello y regresé a casa.